miércoles, 10 de abril de 2013

DesOVAndo EL OVA




El elemento que no debe faltar en el docente contemporáneo es la pasión.
La docencia precisa de amor por el conocimiento, por la humanidad.
La meta del docente debe ser estimular en los estudiantes la curiosidad.
El docente contemporáneo debe hacer de su encuentro con los estudiantes
un espacio de interrogación y problematización.
Edgar Morín
Primero que todo, veamos que dicen los expertos:

Simuladores, cursos, aplicativos multimedia, tutoriales, animaciones, videos, documentos interactivos y colecciones de imágenes estáticas son recursos que los docentes de hoy están utilizando para apoyar sus clases presenciales o virtuales.
A estos recursos se les conoce como Objetos Virtuales de Aprendizaje, y cumplen la función de mediadores pedagógicos en el quehacer del docente. Atrás quedaron el tablero y la tiza. También las largas horas de cátedra.

¿Qué es un Objeto Virtual de Aprendizaje (OVA)?

Un objeto virtual es un mediador pedagógico que ha sido diseñado intencionalmente para un propósito de aprendizaje y que sirve a los actores de las diversas modalidades educativas.
En tal sentido, dicho objeto debe diseñarse a partir de criterios como:
Atemporalidad: Para que no pierda vigencia en el tiempo y en los contextos utilizados.
Didáctica: El objeto tácitamente responde a qué, para qué, con qué y quién aprende.
Usabilidad: Que facilite el uso intuitivo del usuario interesado.
Interacción: Que motive al usuario a promulgar inquietudes y retornar respuestas o experiencias sustantivas de aprendizaje.
Accesibilidad: Garantizada para el usuario interesado según los intereses que le asisten.
¿Cuáles son las ventajas de usar los OVA?
Estamos convencidos de que los Objetos Virtuales de Aprendizaje tributan al estudiante momentos de aprendizajes significativos. En la Educación Virtual el docente facilitador se encuentra de forma asincrónica y sincrónica con su estudiante en Ambientes Virtuales de Aprendizaje, por lo que el Objeto Virtual se comporta como una extensión del docente, del conocimiento y aprendizajes que el estudiante debe adquirir: Esa es su principal ventaja pedagógica.
¿Qué requiere un docente para dictar una clase con OVA?
Requiere demostrar la competencia técnica, tecnológica, comunicativa, la pedagogía y didácticas para la docencia en la virtualidad. Además, precisa de los dispositivos tecnológicos como el computador, el manejo óptimo de una plataforma (LMS) o recursos en línea como los blog, grupos de interés, entre otros que utilizados convenientemente sirven también como aulas virtuales de aprendizaje.
¿Cómo han recibido los estudiantes estas clases?
Es necesaria una inducción retadora y creativa que muestre al estudiante lo que implica aprender a aprender en un Ambiente Virtual de Aprendizaje con los objetos virtuales que tiene a su alcance.
En concreto, es crearles la conciencia de que existen nuevas formas de aprender distintas a las del docente que transmite información en un aula de clases con tecnologías como la tiza y el tablero. Un Objeto Virtual, en el escenario propio de la educación virtual, enseña a aprender al estudiante en ausencia física del profesor.[1]

El OVA es el “Non Plus Ultra”, el “Aprez moi le Deluge” de los recursos educativos, pero, como todo recurso educativo debe ser bien utilizado. El problema es que si no se tienen los conocimientos tecnológicos para comprender, desarrollar y utilizar todo el potencial de los OVA, no estamos haciendo mucho, al contrario, lo que podemos estar haciendo es introducir “ruido” en el proceso comunicacional y que los discentes se desalienten al no tener claros los objetivos, no comprender lo que quiere el docente y abandonen o cumplan en forma deficiente los objetivos propuestos: “Esa vaina no sirve pa´un  c….”

OVAs, LMSs, PLEs, PLNs, APAs, y sus equivalentes en paraguayo, indostaní, hebreo y gallego, pueden, con suma facilidad sumir  al docente en “un mar de incertidumbres, con unas pocas islas de certeza”,[2] y esta incertidumbre se transmite a sus aprendices, el rumbo de la nave educativa se vuelve errático y el aula termina naufragando en los arrecifes de Facebook o Twitter.

Pero, gracias a Dios y a Bill Gates et al, con una buena DPA, los docentes quieren pueden y deben apropiarse de las herramientas Web 2.0 y comenzar a generar y utilizar (incluyendo los existentes) OVAs para un mejor rendimiento para sus alumnos, generando en ellos, mencionando a mi querido tío Lev Semiónovich Vygotsky, su célebre ZDP y el andamiaje, teoría que no está desencaminada en modo alguno.[3]

Reflexión ma non tropo

Ahora veamos que ha sucedido con nuestra mente las últimas cuatro (cinco) semanas:
Se han generado una multitud de conocimientos, nuevos conceptos y sobre todo hemos descubierto, con asombro para muchos, herramientas Web 2.0 que ni siquiera sospechábamos ni remotamente de su existencia. Un abanico de posibilidades se abre ante nosotros y el panorama podría ser, si quisiéramos, alentador.

Ahora tenemos, al menos, un nuevo lenguaje con  que expresarnos, un Blog, un Prezi (Primero en la lista de las preferencias, luego desplazado por el usurpador Symbaloo, quien de mano de la tutora, en forma artera (me refiero a Symbaloo, no a la tutora ¡Dios me libre, me ampare y me favorezca!), se apropió del primer lugar), Wix, Boxsmile, Issuu, Calameo, y diez mil artilugios mas y los hemos visto, calibrado y en muchas ocasiones usado. No olvidemos los Podcast (Hijos putativos del Flipped Clasroom), La TVweb SENA, la Mass Media y pare usted de contar. O sea “El mundo al instante”, al  mejor estilo del nostálgico noticiero UFA.

Y fue muy bueno, ahora no somos inocentes, ahora sabemos como trabajar los contenidos 2.0 y nadie puede decir que no los conoce, de ahora en mas somos instrumentos liberadores, recordando a Freire, el destino de nuestros aprendices, incluyendo nuestros propios hijos, está en nuestras manos, por mas que parezca un lugar común, será común , pero es una cruda realidad.

 “Los llamo caballeros porque todavía no los conozco bien”
Groucho Marx

Y para finalizar ese galimatías, vamos a revisar un concepto, una herramienta que no por conocida, se le da toda la importancia que debe de tener, esto es la LHDV o FC, por sus siglas en inglés.

La LHDV (Llenar Hoja de Vida), es la herramienta principal de muchos “aprendices”, esto es realizar todos los cursos posibles, no importa cual, ni importa si aprendimos algo, el asunto el “llenar de certificados la Hoja de Vida” para que sus posibles empleadores se llenen de asombro al contemplar ese arquetipo académico lleno de conocimientos.

Pasan por los cursos a toda velocidad, ejerciendo el “copiar y pegar” (copy and paste, perdón por el error), como si tuvieran patente de corso tal como Morgan o Barbarroja, y en general sin enterarse de lo que se está hablando. Por supuesto que no participan en la posterior discusión en los foros, yo los llamo “tortugas marinas” llegan desovan, se van y se olvidan de sus futuros hijos.

CONCLUSIÓN[4]

¿A qué conclusión nos lleva todo lo que acabamos de decir?, Es más, ¿nos lleva a alguna conclusión?

Latinoamérica abunda de opiniones desde sus inicios “somos así, somos asao” “nos falta esto, nos sobra aquello” “debemos hacer esto, no debemos hacer lo otro” etc., etc. Toneladas de teorías, consejos, sentencias, luchas, dimes y diretes que muchas veces confunden más que aclaran, desvían más que conducen, amargan más que alegran, frustran más que motivan.
Y, al final, como siempre, se queda uno con la duda y con la consabida frase “nadie es dueño de la verdad”.

La verdad es que no sabemos cuál es la verdad, muchas veces sabemos quiénes somos y sabemos a dónde debemos ir pero… ¡no queremos!

Esta múltiple confusión, esa multitud de preguntas, esa abundancias de respuestas, a veces unas mas fantásticas que otras, no llevan más de una vez a ese pesimismo que como decía Antonio Machado “que da en no creer en nada” y ese pesimismo, esa frustración puede desembocar en actitudes, decisiones y otras cosas que “no llevan a nada bueno”, como dirían las viejas, a escuchar cantos de sirenas, vociferantes ideas que prometen el Olimpo y luego nos dan el Estigia.

Pero tenemos todo por ganar, si bien nos enfrentamos a un enemigo común y peligroso, cuyas fuerzas quieren hacernos objetos inanimados de sus designios (por eso decimos que sabemos que queremos ser, pero no queremos), tenemos contra él y toda su Legión, nuestra fuerza, nuestra energía, nuestra mente e inteligencia y con esas armas en una mano y en la otra empuñando la espada del amor, el bien común, la tolerancia y la misericordia, debemos empeñarnos en conquistar y mantener ese destino hermoso que como latinoamericanos tenemos reservado y que como seres humanos nos merecemos. 

“Un pueblo ignorante es un instrumento ciego de su propia destrucción”
Simón Bolívar


[2] Edgar Morín unplugged
[3] En realidad tío Lev Semiónovich  quería dedicarse, en vez de la pedagogía, al cultivo de remolachas en su Bielorrusia natal, pero el Politburó determinó otra cosa.
[4] Apfelstrudel, Hans Magnus, 1861, Como llegar a conclusiones, The Oxford University Press, Oxford,

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